Ricardo Lesser es periodista, sociólogo y ensayista argentino que desde hace 15 años investiga la vida colonial de Buenos Aires entre los años 1600 y 1800. Así se propuso indagar una época, donde se podría hablar de una sociedad pacata, con ciertas costumbres que se imponían. Pero Lesser fue más allá de la historia oficial.
En su nuevo libro "Hacer el amor", el autor recopila historias de amor y sexo que, aunque parezca increíble, ocurrieron realmente entre 1610 y 1810.
Las histoias fueron surgiendo a medida que Lesser revisó archivos históricos, pero también aclaró en una entrevista que se guió por su intuición y curiosidad.
Hay un fragmento que leí y quiero transcribirlo para que entiendan cuál es el sentido del libro:
"Mucho rezo, poco amor y nada de relaciones. Pero por las noches el deseo rompía el canon de los matrimonios monogámicos, étnicos y heteresexuales".
Lesser habla en su obra de una "asimetría radical", expresión con la que plantea que había una fuerte diferencia entre la condición de la mujer y del hombre. En tanto, si un hombre casado estaba con otra mujer no cometía daño ni deshonrra. Por el contrario, si la mujer era infiel cometía una injuria y era considerado un grave delito.
También aparecen historias de compromisos de matrimonios rotos hasta denuncias denuncias de homosexualidad.
Aunque en aquella época había mandatos que las mujeres debían cumplir, los hombres tenían un margen de libertad y de acción. Sin embargo, los hechos que relata el periodista en "Hacer el amor", dan cuenta de que las mujeres rompían con ciertos impedimentos...
Al leer este libro podremos afirmar que hay determinados pensamientos y comportamientos que no surgen en el siglo XXI por ser "modernos" sino que pueden haberse manifestado en la antiguedad, la diferencia está en cómo son vistos por los integrntes de una sociedad. Si son aceptados o no por la mayoría o si se dan entre acuerdos de pequeños grupos. Es decir, que lo que ayer estuvo mal, mañana puede estar bien.
En "Hacer el amor", Ricardo Lesser entrelaza relatos de historias verdaderas. A su vez, describe y caracteriza los estereotipos de aquella época colonial de manera sutil y amena.
2 comentarios:
Vuelvo a hacer el mismo planteo de siempre: la sociedad machista, en su más amplio ejemplo, premiaba a los hombres que les eran infieles a sus mujeres y castigaba cuando el caso era a la inversa. Clásico y rendidor, pero lamentable. Ahora me pregunto ¿No sucede lo mismo en los tiempos que corren? No me atrevería a afirmarlo, pero si puedo decir que en la actualidad el hombre mujeriego enseguida es catalogado como "ganador" y la mujer que tiene muchos hombres es tildada de "ramera". Si no es así, que alguien diga lo contrario.
Coincido con Leandro.
Con respecto a la nota, me parece más que interesante el dato.
Saludos
Publicar un comentario