jueves, septiembre 28, 2006

Las curiosidades de la Buenos Aires colonial


Ricardo Lesser es periodista, sociólogo y ensayista argentino que desde hace 15 años investiga la vida colonial de Buenos Aires entre los años 1600 y 1800. Así se propuso indagar una época, donde se podría hablar de una sociedad pacata, con ciertas costumbres que se imponían. Pero Lesser fue más allá de la historia oficial.

En su nuevo libro "Hacer el amor", el autor recopila historias de amor y sexo que, aunque parezca increíble, ocurrieron realmente entre 1610 y 1810.
Las histoias fueron surgiendo a medida que Lesser revisó archivos históricos, pero también aclaró en una entrevista que se guió por su intuición y curiosidad.

Hay un fragmento que leí y quiero transcribirlo para que entiendan cuál es el sentido del libro:
"Mucho rezo, poco amor y nada de relaciones. Pero por las noches el deseo rompía el canon de los matrimonios monogámicos, étnicos y heteresexuales".

Lesser habla en su obra de una "asimetría radical", expresión con la que plantea que había una fuerte diferencia entre la condición de la mujer y del hombre. En tanto, si un hombre casado estaba con otra mujer no cometía daño ni deshonrra. Por el contrario, si la mujer era infiel cometía una injuria y era considerado un grave delito.
También aparecen historias de compromisos de matrimonios rotos hasta denuncias denuncias de homosexualidad.

Aunque en aquella época había mandatos que las mujeres debían cumplir, los hombres tenían un margen de libertad y de acción. Sin embargo, los hechos que relata el periodista en "Hacer el amor", dan cuenta de que las mujeres rompían con ciertos impedimentos...

Al leer este libro podremos afirmar que hay determinados pensamientos y comportamientos que no surgen en el siglo XXI por ser "modernos" sino que pueden haberse manifestado en la antiguedad, la diferencia está en cómo son vistos por los integrntes de una sociedad. Si son aceptados o no por la mayoría o si se dan entre acuerdos de pequeños grupos. Es decir, que lo que ayer estuvo mal, mañana puede estar bien.

En "Hacer el amor", Ricardo Lesser entrelaza relatos de historias verdaderas. A su vez, describe y caracteriza los estereotipos de aquella época colonial de manera sutil y amena.

lunes, septiembre 25, 2006

Una gran charla

Este sábado 23 de septiembre me encontré con Marcelo Damiani, escritor argentino, periodista cultural y docente universitario que hace varias semanas publicó un ensayo en la Revista "N" de Clarín sobre una nueva tendencia de la ficción argentina: narrativa histérica.

Marcelo me contó que emprendió una serie de investigaciones y habló con distintos colegas para asegurarse de que esta nueva forma de escritura estaba comenzando a cobrar importancia. Lo característico de la narrativa histérica, tal como afirmó el escritor, es que "suduce literalmente", pero "rechaza las imposiciones del mercado". Es decir que adopta recursos literarios que atrapan al lector, aunque se desliga de lo que las editoriales les exigen a los autores. Por ejemplo, el manejo de los tiempos verbales, el orden lineal de las historias y hasta las características de los personajes.

Marcelo me confesó que muchas veces, los escritores están atados a los pedidos de las editoriales. Lo que permite la narrativa histérica es dejar de lado esos impedimentos para redactar con cierta libertad.
A su vez, me aclaró que hay tres escritores argentinos que comenzaron a implementar esta nueva tendencia: Gisela Heffes, Martín Koan y Daniel Link. Él también adopta en sus obras "gestos histéricos" que son ignorados por las condiciones del Gran Mercado. Su último libro es "El oficio de sobrevivir" (2005).

En conclusión, las características de la narrativa histérica apuntan a "coquetear" con una determinada situación y a dejar algo inconcluso. Un claro caso es ell libro de Link "Los años 90", donde el personaje principal nunca contesta los mensajes que le dejan en su teléfono.
Lo más interesante es que, como me explicó Marcelo durante el diálogo, en la escritura se plantea un chiste que se resuelve hacia el final del libro y también, pueden aparecer contenidos que hagan referencia a la crítica o protesta y a la "autoreflexión".
Considero que lo más importante es que se escriba respeando los códigos y preferencias de los escritores de experiencia más que priorizando las leyes del Mercado que, muchas veces, dejan de lado al intelecto para responder a sus propios intereses.
Esperemos que con los libros, no suceda lo mismo que con la información que transmiten los medios de comunicación, se convierta en una mera mercancía.
Luego de una charla muy amena, pude conocer en profundidad una nueva tendencia de la ficción en la Argentina, que aunque hoy tenga un público más acotado... promete.

domingo, septiembre 24, 2006

El recorrido de la semana

El miércoles 13 de septiembre me dirigí al Centro Cultural de la Cooperación, ubicado en Av. Corrientes 1543 para apreciar la exposición “El humor de los cuarenta”, una muestra de dibujos y textos de los siete humoristas gráficos de la Argentina más reconocidos en los últimos 40 años: Oski, Viuti, Fontanarrosa, Rudy, Santiago Varela, Sendra y Daniel Paz. Este último fue el curador, quien seleccionó y recopiló los trabajos.
Me interesaba ver cómo fue evolucionando un género que hoy, muchas veces, se utiliza para ridiculizar o dejar mal parado a alguien más que para acudir a la reflexión o la risa.

Las ocurrencias de OskiEl recorrido de la muestra comienza en la década del 60 con los dibujos de Oski (Oscar Conti), quien empezó a ser reconocido por el salto que dio hacia lo absurdo, lo cual marcaba un gran contraste con el realismo que imponía aquella época. Sus dibujos eran acompañados con textos bastante largos para lo que estamos acostumbrados a ver en la actualidad. Era una explicación, como si fuera un epígrafe de cinco o seis líneas, que contenía una frase encomillada en primera persona. Los temas más frecuentes que trataba era sobre virreyes, revoluciones, formas de trabajo y economía de otros países.

Continuando con el recorrido lineal me encontré con Viuti (Roberto López), un referente de la década del 70 porque utilizó sólo la imagen sin la compañía de palabras. Es humor netamente visual, un gran desafío y, a veces, un riesgo para el ojo del espectador. Pero de manera sutil y, a la vez, contundente pudo lograr que con una mirada general uno pueda descubrir rápidamente qué nos quiere decir y soltar una carcajada. Los dibujos que aparecen en la exposición apelan a la ironía. Por ejemplo, una anciana le cierra una herida a un accidentado mientras los médicos la miran atentamente.
.
Inodoro Pereyra, un clásico de Fontanarrosa
Luego, sigue Fontanarrosa, a mi entender, el creador de los personajes más importantes del humor nacional como “Boggie el aceitoso” e “Inodoro Pereyra”. En 1968 apareció su primer chiste publicado en la revista rosarina “Boom”, ya a mediados de los 70 era todo un éxito. Desde hace 30 años despliega su humor en el diario “Clarín”. También es considerado uno de los escritores argentinos más famosos de la Argentina, su último libro publicado fue “El Rey de la milonga” (2006).
La mayoría de sus chistes están basados en el fútbol y la política. Las costumbres, las pasiones y las frecuentes problemáticas argentinas son temáticas que utiliza a menudo en sus dibujos.
Aunque la exposición esté armada desde un orden lineal, con un principio y un final, la posición de los trabajos de Fontanarrosa están ubicados de manera que la vista nos lleva a sus dibujos en primer lugar. Ya a lo lejos uno puede reconocer quién es el autor porque sus personajes y el estilo de su letra son inconfundibles.

Yo, Matías, el gran logro de Sendra Llega el momento de Sendra, quien publicó su primer trabajo en 1973, pero recién en 1991 ideó a su mayor acierto: “Yo, Matías”. Y de esa tira tan célebre surgieron personajes tan apreciados como El psicoanalista, La tortuga, La cucaracha, entre otros. Su humor atrae tanto a grandes como a chicos. Fernando Sendra basa sus historietas en Matías, un chico travieso y soñador que debe resolver las aventuras que tiene en la escuela y en su casa.
Aunque resulta ingenuo en algunos casos, hay que leerlo con un doble sentido.

Rudy (Marcelo Rudaekk) y Santiago Varela apelan al humor desde el texto con diálogos sin utilizar la imagen. Del primer humorista me encontré con un texto sobre Bush Jr. cuando visitó Mar del Plata por la Cumbre de las Américas y del segundo una historia titulada “Que se vayan todos” en referencia a finales de diciembre de 2001 cuando la Argentina atravesó por un proceso de brutal inestabilidad política, económica y social.

Por último me topé con las historietas de Daniel Paz, quien acude a figuras políticas actuales como el Presidente de la Nación y los ministros. Parte de hechos actuales que se manifiestan en la actualidad, como decisiones políticas y las opiniones de la sociedad.

La política según el humor de Daniel Paz

Al finalizar el recorrido de la muestra “El humor de los cuarenta” pude percibir que con el pasar de los años el humor modificó el estilo de escritura y los dibujos se caricaturizaron más aún, pero su esencia no cambió: apreciar los dibujos y los textos es un ejercicio que parte de la crítica y de la opinión. Es la forma en que vemos al mundo, a la política, a la economía o a las relaciones humanas. Es una manera de hacer reflexionar. Al salir del centro cultural, pensé que la ironía y el disparate pueden ser un recurso útil del periodismo actual para atraer la atención del público en ciertos temas y así,poder sumarse al debate.



Inodoro Pereyra, su fama lo llevó a realizar una publicidad televisiva.

"Fotohistorias", imágenes que narran

La fotógrafa profesional Carol Sanchez y la periodista Carolina Gonzales se unieron para crear “Fotohistorias”, un pequeño libro que a través del formato fotonovela se podrán conocer tres historias urbanas de la cultura del rock.
Carol comenzó fotografiando a su grupo de amigos en las salidas nocturnas que frecuentaban en distintos bares de de Buenos Aires. Recopiló imágenes de chicas bebiendo, fumando, conversando, bailando o mirándose al espejo de un baño y en sus diversos estados de ánimo. Lo característico es que cada escena retrata a un grupo muy peculiar inmerso en el afán del rock y del punk.
Las fotografías tienen una secuencia coherente que van dibujando tres historias diferentes de chicas que viven al límite, en donde se conjugan vivencias apasionadas repletas de peligro y hastío.
Como complemento, la periodista agregó a los retratos textos breves provenientes de su blog para darle más sentido. Pero el gran logro de “Fotohistorias” es que las imágenes hablan por sí solas. Al hacer un recorrido lineal uno puede comprender rápidamente y situarse en el lugar del hecho.
En cada historia se utilizaron iconografías y principios estéticos ligados al rock de la década del cincuenta y el punk de mediados de los setenta, con elementos como el leopardo, el metal, las motos y los tatuajes. Tales recursos permiten conocer aún más los gustos y las preferencias de un grupo que se reúne en lugares que los identifica.
Aquello que Carol comenzó haciendo como un hobbie, sacar fotos espontáneas a sus amigos, y Carolina desde su afán por el rock, escribir textos en su propio blog, se complementó y hoy cobró mayor trascendencia.
“Fotohistorias” puede adquirirse en “Rayo Rojo”, librería de la Bond Street, ubicada en Santa Fe 1670, Capital Federal.

viernes, septiembre 08, 2006

Un libro que nos permitirá imaginar


Considero que el libro del cantautor argentino Victor Heredia puede calificarse como “realismo mágico”, ya que incluye como cierto los lugares y las características de los personajes, pero también se centra en lo fantasioso, que es la leyenda que nace en el pequeño pueblo.
La forma de escritura del músico es tan llevadera que podría leerse la novela en un solo día. Además, al utilizar como primordiales recursos a la descripción y al diálogo la lectura resulta tan amena que uno puede llegar a imaginarse con lujos de detalles lo que Víctor Heredia quiere transmitir.
Aunque el cantor sea un referente de la música en la Argentina poco a poco está tomando reconocimiento como escritor. Esta es su segunda novela y ya anticipó que está terminando un tercer libro.
Si bien dejó a un costado por tres meses su primera vocación, la música, para lograr terminar “Rincón del Diablo”, en octubre retomará las giras por el interior a mediados de septiembre.

“RINCÓ DEL DIABLO”, POR VICTOR HEREDIA.