Este sábado 23 de septiembre me encontré con Marcelo Damiani, escritor argentino, periodista cultural y docente universitario que hace varias semanas publicó un ensayo en la Revista "N" de Clarín sobre una nueva tendencia de la ficción argentina: narrativa histérica.
Marcelo me contó que emprendió una serie de investigaciones y habló con distintos colegas para asegurarse de que esta nueva forma de escritura estaba comenzando a cobrar importancia. Lo característico de la narrativa histérica, tal como afirmó el escritor, es que "suduce literalmente", pero "rechaza las imposiciones del mercado". Es decir que adopta recursos literarios que atrapan al lector, aunque se desliga de lo que las editoriales les exigen a los autores. Por ejemplo, el manejo de los tiempos verbales, el orden lineal de las historias y hasta las características de los personajes.
Marcelo me confesó que muchas veces, los escritores están atados a los pedidos de las editoriales. Lo que permite la narrativa histérica es dejar de lado esos impedimentos para redactar con cierta libertad.
Marcelo me contó que emprendió una serie de investigaciones y habló con distintos colegas para asegurarse de que esta nueva forma de escritura estaba comenzando a cobrar importancia. Lo característico de la narrativa histérica, tal como afirmó el escritor, es que "suduce literalmente", pero "rechaza las imposiciones del mercado". Es decir que adopta recursos literarios que atrapan al lector, aunque se desliga de lo que las editoriales les exigen a los autores. Por ejemplo, el manejo de los tiempos verbales, el orden lineal de las historias y hasta las características de los personajes.
Marcelo me confesó que muchas veces, los escritores están atados a los pedidos de las editoriales. Lo que permite la narrativa histérica es dejar de lado esos impedimentos para redactar con cierta libertad.
A su vez, me aclaró que hay tres escritores argentinos que comenzaron a implementar esta nueva tendencia: Gisela Heffes, Martín Koan y Daniel Link. Él también adopta en sus obras "gestos histéricos" que son ignorados por las condiciones del Gran Mercado. Su último libro es "El oficio de sobrevivir" (2005).
En conclusión, las características de la narrativa histérica apuntan a "coquetear" con una determinada situación y a dejar algo inconcluso. Un claro caso es ell libro de Link "Los años 90", donde el personaje principal nunca contesta los mensajes que le dejan en su teléfono.
En conclusión, las características de la narrativa histérica apuntan a "coquetear" con una determinada situación y a dejar algo inconcluso. Un claro caso es ell libro de Link "Los años 90", donde el personaje principal nunca contesta los mensajes que le dejan en su teléfono.
Lo más interesante es que, como me explicó Marcelo durante el diálogo, en la escritura se plantea un chiste que se resuelve hacia el final del libro y también, pueden aparecer contenidos que hagan referencia a la crítica o protesta y a la "autoreflexión".
Considero que lo más importante es que se escriba respeando los códigos y preferencias de los escritores de experiencia más que priorizando las leyes del Mercado que, muchas veces, dejan de lado al intelecto para responder a sus propios intereses.
Esperemos que con los libros, no suceda lo mismo que con la información que transmiten los medios de comunicación, se convierta en una mera mercancía.
Luego de una charla muy amena, pude conocer en profundidad una nueva tendencia de la ficción en la Argentina, que aunque hoy tenga un público más acotado... promete.
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